El coronavirus es una epidemia importante y, aunque por fortuna pocos niños pequeños han sido víctimas del virus, se han visto afectados por la cuarentena y la ansiedad que esta genera en sus padres y demás adultos. Los niños son muy sensibles a lo que está sucediendo, más allá que los adultos piensen que no notan los cambios y el estrés que genera el aislamiento. Las siguientes pautas relacionan las formas como los niños reaccionan ante el estrés y algunas actividades que puedes hacer para ayudarlos.

 Reacciones comunes en los niños que evidencian estrés por el aislamiento:

Los niños pequeños son muy sensibles al estrés que experimentan sus cuidadores. Esta sensibilidad, afecta su capacidad habitual de actuar y sus emociones. A menudo, no hablan sobre sus miedos y angustias, pero, puedes identificar si están molestos cuando encuentras que ellos tienen alguna de las siguientes reacciones:

Llanto frecuente; dificultad para quedarse quieto; problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido; pesadillas; miedo a estar solo; juego repetitivo (pueden repetir una y otra vez lo que han escuchado; pueden tratar de cuidar especialmente sus juguetes, muñecas o animales de peluche y esconderlos o cubrirlos). Algunos niños pueden volverse muy agresivos o irritarse con facilidad. Otros pueden preferir aislarse. Algunos actúan y hablan como niños más pequeños, otros olvidan el entrenamiento para ir al baño, quieren un biberón en lugar de beber de un vaso, quieren comer comida para bebés o rehusarse a comer.

 ¿Qué puedes hacer ante estos comportamientos?

  1. Las rutinas son muy importantes para los niños. Desastres naturales, aislamiento forzado u otras situaciones traumáticas a menudo rompen con estas rutinas. Crear nuevas rutinas o restablecer las habituales pueden ayudar a los niños a sentirse más seguros. Mantén los horarios regulares para comer y acostarse y establece un horario diario para jugar juntos, para leerles o cantarles.
  1. El apoyo de los padres o cuidadores es muy importante durante los períodos de estrés y durante el tiempo posterior a la finalización del aislamiento, aun cuando su nivel emocional no sea el mejor por el nivel de estrés. Es importante sacar tiempo para tranquilizar a los niños.
  1. Es posible que los niños pequeños no entiendan por qué las cosas han cambiado (ejemplo: por qué no pueden salir o jugar con otros niños); hablar con ellos (Explicando de manera simple por qué las cosas son diferentes) ayudará a que se sientan seguros y apoyados.
  1. ¡Cuídate tú también! Esto es muy importante. Aun cuando los niños no estén expuestos directamente al trauma, reconocen el estrés y las preocupaciones en niños mayores y adultos.
  1. Si los niños han sido transportados a otras ciudades para quedarse con algún familiar, habla con ellos por medios electrónicos y con bastante frecuencia, muy particularmente antes de que se acuesten. En casa, trata de hacer arreglos para que se vean con otros niños usando un teléfono celular.

 Adaptado de: https://www.zerotothree.org/document/1458

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